domingo, 11 de mayo de 2008

Una cosa

Puedo escribir tantas cosas en este minuto, desde una catarsis vomitiba que no me saldría bien pues estoy riendo por la sublimación que ocurrió con mi estado de animo, a parafrasear y viajar en conflictos y peleas que tal vez. Tal vez, punto. No me quiero meter en ese punto, pues, si parto diciendo que tengo muchas cosas que puedo inyectar en este papel virtual, OBVIO que tengo una decidida.

Esa cosa se llama sincronía, pero no oooh sincrónia cosmica de la que el karbunclo transpersonal mistico (sin "sh", por muy popular, lo encuentro tan prostituido y adolescente) sino el karbunclo afectivo que vive gracias a lazos y que claramente no andaba cumplieando su cuota los últimos meses, y, pues llevando eso a que uno piedra no brillara tanto como antes, y claro, pesara mucho más.

Sin más de mis eternos preambulos, estos dos días pasaron dos eventos muy sincronicos, dos reencuentros afectivos bacanes, like the b to the a to the c to the a n e s.

1)Reencuentro con Le Blonde (nota: despues de leer todo denuevo Le Blonde suena super agresivo, tal vez las mayusculas, talvez el fucking french), o desde aqui se llamará Citrina. Citrina le da a Karbunclo el matiz amarillo para formar el rojo intenso. Estoy muy agradecido con ella, porque Karbunclo estaba bien confundido con toda la situación, pero ella fue la más grande y buscó a Karbunclo hasta que lo lustró y lo hico brillar y brillar-le de vuelta. Gracias, y, pues te quiero mucho.

2)Reencuentro de mi hermana colorina, quien no tendrá nombre especial pues estufa ataca y me quedo sin aire, y mi madre. Fue una visita completamente inesperada para el día de la madre, ya que no se hablaban hace mucho ni mucho menos veian, y llegó y el amor fue lo mejor, todo brillaba, menos mi grasosa piel pues tengo una crema increible para mi cara.

Fue un fin de semana demasiado "there and back again" a lo legado de B.Baggins, y se agradece ahora si a quienes hayan que agradecer por tales eventos.

Se Despide, un karbunclo con un toque de amarillo del alba, nada de crepusculos por hoy, y menos de rojos crepusculares gracias a cenizas de un volcán que fue victima de nosotros mismos.