Desde siempre me han cargado los cumplidos, de verdad.
No en una parada egocentrica, sino que realmente me ponen nervioso, cual niño pequeño.
Y sobre todo, los cumplidos que más perturban mi calma son los relacionados con las cosas más importantes para mi.
Por ejemplo hoy, Viernes, 10 am aprox, en tai chi en la municipalidad de las condes. El profe estaba muy ocupado con el grupo de la forma 108 avanzada (yo estoy en 108 empezando), y el grupo de la forma 24 estaba super perdido, asi que decidí tomarme la clase y enseñarles yo (ya que en oportunidades anteriores el profe ya me había pedido que la dirigiera).
La cosa es que bueno, junto a Damian, que estaba medio rehacio al principio en intervenir, terminamos haciendo clases, yo guiando y el corrigiendo a las personas que lo iban haciendo mal.
Al terminar, como que me felicitan por mi paciencia y por lo bien que enseñaba, y ahí comento que quiero ser profesor de Tai-chi (y algún dia en esta vida o en otra, maestro de tai-chi) cuando grande, respondiendome que tengo pasta de eso y blablabla, y de verdad, como ya comenté, me ponen muy nerviosos esos, y tiendo de inmediato a generar una respuesta evasiva como "o que calor, abriré las ventanas".
Por suerte mi mente es ágil y busca respuestas coherentes, ya que de verdad hacía calor.
Asi que bueno, los cumplidos me destruyen pero me reafirman el camino.
Y realmente, si tuviera que escoger entre ser un psicologo transpersonal o maestro de tai chi, no lo pienso dos veces.
Ambas.
Por algo se llama psicología integral (L).